Pensamientos.

domingo, 24 de junio de 2012

Salirse del camino marcado.

Cada uno es diferente, cada uno tiene una manera. Quiero, pero no puedo. Puedo, pero no quiero, es ley de vida, y quizás solo falta un pequeño empujón para tirarte por el precipicio, o un poco más de paciencia para volver al rebaño y ser una puta oveja más. ¿Es eso lo que necesito? ¿Es eso lo que quiero? Me gusto, solo me falta gustar al resto, al fin y al cabo somo seres sociales, respiramos todos juntos, vivimos en comunidad, no puedes andar mirando solo para tu ombligo, o quizás si, y cuando levantas la vista de tu ombligo, cuando tus ideas bajan de las nubes a la realidad, te llevas la hostia. La puta hostia que te tienes que meter por lo menos una vez en al vida, y ver que todo es una mierda, que nadie va a mirar por ti, que nadie da sin recibir, que nadie quiere un futuro altruista, que nadie te va a ayudar cuando estás de mierda hasta el cuello. Y ahí es cuando tienes que decir, basta ya, no me da la gana ser como el resto, voy a ser yo misma, voy a mirar por mis amigos, voy a salvar el mundo de esta mierda, y ya está, otra vez estás en tu nube, en tu ombligo... hasta que te vuelves a dar la hostia. Y así, así va mi vida, desde que decidí cambiar en algún momento borracha, cuando pasó lo que pasó, dónde pasó, y con quien pasó, hace casi tres años, pero todavía reflexiono de vez en cuando sobre ello, y me pregunto si tu también te acuerdas de mi.



Buscando la manera correcta. Aprendiendo de los errores.
Recapacitando.










Tolerando los cambios.
Sabiendo aceptar lo pasado, y lo por vivir.

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